Las mudanzas o empezar de nuevo


¿Llevas mucho tiempo viviendo en la misma casa? ¿o eres nómada por necesidad (económica, laboral…) o por convicción? Puede que seas de esas personas que viven con lo puesto, sin grandes problemas si les propusieran llevarse tres cosas a una isla desierta. Pero quien más o quien menos tiene muchas pertenencias en forma de muebles, ropa, cd, libros, objetos de decoración, recuerdos y, a la hora de mudarse, no se trataría solo de trasladar un montón de cajas del punto A al punto B.

Suele ser más complejo porque de lo contrario no existirían varios estudios que señalan a las mudanzas como el tercer caso de estrés severo después de (ojo al dato): el duelo por la defunción de un familiar y del despido laboral. Porque, aunque muchas veces el cambio de domicilio representa el cumplimiento de un sueño o al menos una mejora en nuestra vida, en otras está asociado a un despido, un divorcio, el fracaso de una forma de vivir o proyecto… etc.

Adaptarse a otro barrio nuevo, ciudad y hasta un país nuevo no es misión fácil para nadie y menos para niños, adolescentes e incluso para animales de compañía. Nos sentimos desubicados, sin hallar nuestro centro por bastante tiempo. Tal vez lo mejor es serenarse, respirar hondo y no dejarse llevar por el caos, planificar en lo posible el traslado para mitigar los imprevistos, fuente principal de nervios y malas decisiones. Tomar el cambio por su lado más positivo, ¡seguro que lo tiene! y prepararse mentalmente. Si es posible dad algún paseo por el nuevo destino, hacerse con ese nuevo escenario al mismo tiempo que nos despedimos de la vieja casa. Aprovechar para deshaceros del 30%, como mínimo, de nuestras pertenencias: regalar, vender, donar… se trata de empezar una vida nueva. Y si deseáis ser nómadas sobre ruedas, ¿por qué no?

Desde Close os deseamos que cualquier cambio que os acontezca en este mes de mayo os traiga de lo bueno, lo mejor.