Adicciones en serie



En 1980, el grupo The Buggles hizo muy conocida la canción Video Killed The Radio Star en la que se anunciaba la muerte de las ondas radiofónicas por la implantación del video. Su letra aseguraba que “we can’t rewind, we’ve gone too far” (no podemos rebobinar, hemos ido demasiado lejos). Cierto que con frecuencia un invento desplaza a otro. Sin embargo, en ocasiones, el antiguo modo protagoniza un revival o una transformación positiva.

Algo así ha sucedido con las series de televisión de las que se dijo que acabarían con la época dorada del cine. Ese drama no ha tenido lugar. El cine ha sabido adaptar su forma de producir a muchas de las técnicas televisivas. Pero la verdad es que el actual auge de las series ha cambiado no solo nuestro consumo de ocio sino nuestros hábitos de vida.

Las series de televisión encontraron en internet y las plataformas de entretenimiento un campo infinito de posibilidades que las ha convertido, para muchísima gente, en una de sus actividades principales después del trabajo.

Las series online son productos fáciles de consumir. Podemos hacerlo desde cualquier dispositivo que disponga de wifi. Los abonos a los canales son cada día más numerosos y más baratos. Tenemos a nuestro alcance miles y miles de historias con personajes que nos enganchan sin remedio. Es prácticamente imposible que no encontremos series sobre las temáticas que nos apasionan. Romances, crímenes, aventuras, ciencia ficción, terror, series basadas en hechos reales, … Frecuentemente nos aislamos para disfrutar del visionado porque se trata de un consumo más individual que colectivo o familiar.

No creamos que esta locura es de ahora: hace años que existen las novelas por entregas, las radio novelas, las colecciones de quiosco, los culebrones… pero sucede que ahora es más fácil consumir esos contenidos. Tanto que desde 2013 tenemos incluso un término binge-watching (atracón de series) que define la capacidad de ver múltiples episodios de un programa en una sola sesión.

Las conexiones que establecemos con los personajes de las series llegan a crear un grado tan alto de identificación que incluso podemos hablar de adicción y consumo compulsivo. Los psicólogos están tratando a más y más adictos a las series que sufren trastornos del sueño y ansiedad o bajo rendimiento en el trabajo y la escuela por culpa de esos capítulos (perfectamente estructurados para secuestrar nuestra atención) que no podemos dejar de ver.

Según las estadísticas, 7 de cada 10 españoles tiene algún enganche con las series y, además, un tanto por ciento muy elevado confiesa que le gustaría disponer de más tiempo para ver sus favoritas.

Sorprendente: entre series y redes sociales pasamos la mitad de nuestra vida mirando una pantalla. En Close vemos alguna que otra serie, claro está, pero nos gustaría que, después de leer nuestro post, aprovechando los días más largos del año, ir a dar un paseo, preparar una tarta, sentarse delante del mar o charlar con alguien en una terraza fuera más que apetecible. Feliz mes de junio.