Be welcome my plants


Los habitantes del planeta nos estamos alejando de la Madre Naturaleza. No es ningún tópico, no es un lugar común. Es un hecho que, en general, los niños crecen cada vez más desconectados de la naturaleza, pasan menos tiempo al aire libre y más relacionados con una pantalla (situación que ya sucedía antes de reciente confinamiento y que, seguramente, se ha agudizado).

Intentamos rectificar practicando deportes al aire libre como el running, o buscando vías verdes para caminar o ir en bicicleta, o pasando las vacaciones en hoteles rurales… pero lo cierto es que lo más cercano a conectar con la naturaleza es ver documentales de National Geographic. Por cierta mala conciencia, el regreso a lo natural está a la orden del día, desde la alimentación a los tratamientos de belleza … En Close ponemos una piedra en ese camino de regreso eligiendo una modalidad modesta pero agradable: dejar que la naturaleza entre en casa.

Si tienes una casa con jardín o vives cerca de un parque… ya nos vas entendiendo. Solo con ver por la ventana un paisaje verde, parece que nos cambia el ánimo. Se puede contrarrestar el gris del cemento dando otro paso: plantas de exterior o de interior. Un universo de posibilidades. En una terraza, balcón o simplemente un rinconcito cercano a una ventana, comenzaremos a crear una “barrera” de plantas contra los tóxicos ambientales urbanos y la energía negativa.

Con unos pocos cuidados, las plantas, super agradecidas ellas, aportan gran número de beneficios más allá de la estética. No serán necesarios muchos conocimientos: seguro que en la floristería del barrio nos asesorarán sobre qué tipo de plantas convienen a nuestro hogar. Sus nombres, a veces complicados y exóticos como ficus, espatifilo, filodendro, poto, hiedra, palmeras, helecho, drácena, tradescantia…, se nos irán haciendo familiares. Otro mundo por explorar son las plantas aromáticas, que además nos servirán como especias culinarias o el mundo de los cactus y las plantas llamadas crasas o suculentas de muy fácil mantenimiento y muy decorativas. Y cuidado que vienen pisando fuerte las kokedamas, una técnica japonesa de plantas ornamentales similar a la del bonsai. Son plantitas de poco desarrollo con sus raíces envueltas en una bola de turba y sustrato.

Sin olvidar los huertos de terraza: ese ya es otro nivel. Igual de entretenido con el beneficio de comer algún producto de cosecha propia desde tomates a acelgas pasando por cebollas y pimientos. Hallaremos a la venta estructuras que adaptan los cultivos a cualquier espacio. También hay árboles frutales idóneos para las terrazas, como el aguacate o el limonero. ¿Os imagináis la paz de leer o tomar una copa de vino a su vera?

Si tenemos un poco de tiempo para enredar con tierra, macetas, abonos y regaderas… encontraremos un hobby económico y relajante. Pero lo que más nos importa en Close es la energía positiva de las plantas. Su fotosíntesis, su tarea transformadora del aire que respiramos, no es asunto menor. Como tampoco la compañía que nos hacen, visual y también en forma de buenas vibraciones. Alguno habréis oído que es bueno hablarles a las plantas para que crezcan mejor. Otras fuentes aseguran que árboles y plantas se comunican entre sí, se transmiten información. Esa idea nos gusta mucho: el planeta verde tiene su lenguaje y sabe comunicarse…volveremos sobre ello, no os quepa duda.